Blanco y negro, eso eramos.
No sabia donde íbamos a coincidir.
No fue casualidad, ni cosa del destino.
Tu y yo fuimos dos piezas lanzadas al azar,
¿Cuan temerosos de lo vivido somos?
Dos rosas marchitas, brotadas de un mismo rosal.
Tu tan inconsciente de la realidad y yo tan precisa.
¿Acaso somos presos de lo prohibido?
¿Porque tan cercanos y tan lejanos?
Comentarios
Publicar un comentario